Monseñor José Rafael Quirós
Es oriundo de Llano Grande de Cartago, nació en las faldas del volcán Irazú, hijo de padres campesinos y el menor de 8 hermanos, desde los 13 años sintió el llamado de Dios.
Tiene 32 años de ser sacerdote, de los cuales 7 se ha desempeñado como Obispo de Limón. Pero, ahora su reto será mayor, el pasado 4 de julio el Papa Francisco lo nombró como el sétimo arzobispo Metropolitano.
Se trata de monseñor José Rafael Quirós Quirós quien a sus 58 años asumirá un nuevo rebaño compuesto por 110 parroquias que integran la arquidiócesis de San José.
Conoce el clero Josefino, porque fue parte de él y llega en un momento especial para la Iglesia. De esto y más conversó con nosotros.
¿Cómo recibió la noticia del nombramiento?
Generalmente cuando uno recibe estas noticias, por supuesto que hay gran sorpresa. Desde que llegué a la diócesis de Limón tenía claridad en que el Señor me estaba llamando al servicio de esa iglesia particular y en mi mente lo acariciaba para toda la vida.
Desde muy joven recibió el llamado de Dios. ¿Qué tuvo de especial su formación?
Recibí la formación católica apegado a los principios de prácticas religiosas como el rezo del rosario todos los días, recuerdo que en Semana Santa orábamos La Pasión el Viernes Santo y en alguna oportunidad, nos trasladamos hasta Tierra Blanca, que era en donde había procesiones. Todo esto lo recuerdo con gran alegría, con gran gozo, está en la profundidad de mi corazón. Es lo que ha marcado mi vida definitivamente.


Cronología
El 1 de mayo de 1955
Nació en Llano Grande de Cartago
De 1962 a 1972
Realizó los estudios de primaria en la Escuela Mixta de Llano Grande, y los de Secundaria en el Seminario Menor de Tres Ríos.
De 1973 a 1980
Realizó sus estudios Superiores en Filosofía y Teología en el Seminario Central de Costa Rica.
El 5 de marzo de 1981
Fue ordenado Sacerdote en la Catedral Metropolitana de San José.
Entre 1982 a 1984.
Obtuvo la Licenciatura en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma
El 2 de diciembre de 2005
Fue nombrado por el Papa Benedicto XVI como segundo Obispo de la Diócesis de Limón
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¿A qué se dedicaba su familia?
A las labores propiamente de campo. Allá en ese tiempo todavía no se cultivaban flores, como ahora. Si no los cultivos tradicionales como papas y maíz.
¿Cómo fue su niñez?
Una niñez sana. Soy el menor de los hermanos. Cuando tuve conciencia de la vida en familia y de quiénes la componían mi hermana mayor se había casado. De manera que, el entorno de mi niñez se desarrolló dentro de mi hogar. También una relación diría normal entre vecinos, entre juegos tradicionales. Cuando llegó la época de la escuela una hermana me llevó a mi primer día de clases.
¿Siempre quiso ser sacerdote?
Sí, esto lo veo como un don de Dios, como un regalo del Señor. Desde muy pequeño esto me llamó la atención.
¿Qué le dijeron sus papás cuando les manifestó que deseaba ser sacerdote?
Era un niño (ríe), lo vieron con alegría, pero también a la espera.
Y en su adolescencia ¿Cómo se cristaliza esta vocación?
Digámoslo así, se da un proceso de continuidad. En la época en la que terminé mis estudios primarios, no existía tantísima posibilidad para ir a estudiar a la secundaria, porque era un pueblo rural. Era difícil el transporte. Y como yo tenía esa idea, entonces fue cuando –recuerdo muy bien- mi papá habló con el Padre Tarsicio Méndez, que era el párroco de Taras. El Padre Tarsicio le puso atención a la narración que mi papá le hizo y después conversó conmigo.
Había una revista del Seminario menor, que si mal no recuerdo se llamaba: “Amigos siempre”, el Padre Tarsicio, tenía por allí una revista de esas y en una de sus páginas decía los requisitos para ingresar y allí empezó todo.
¿Cómo fue su vivencia en el seminario?
Recuerdo que fue un período muy hermoso. Éramos al inicio niños, chiquillos de 12, 13 años, que llegábamos con esa ilusión de poder, en algún momento, llegar a la formación sacerdotal.
En ese período de estudios en el Seminario adquirí una disciplina de estudio, una formación exquisita. Se trataba de aprender un sistema de vida, un estilo de mucha cercanía con los demás, de solidaridad, de colaboración.